En los últimos años, los alquileres vacacionales a través de plataformas como Airbnb han revolucionado el mercado inmobiliario. Pero tras las hermosas fotos de casas con encanto y las promesas de ingresos adicionales para los propietarios, se esconde una realidad mucho más oscura: okupaciones organizadas, subarrendamientos ilegales y fiestas ilegales que transforman tranquilos apartamentos en auténticas discotecas clandestinas.
Cuando los okupantes se autoinvitan a alquilar viviendas de temporada
Las historias se multiplican. Los inquilinos reservan por unos días y luego se niegan a irse. Algunos no dudan en... cambiar la cerradura bloquear el acceso al propietario, que se instala definitivamente en el alojamiento.
El resultado: procedimientos legales largos y costosos, a veces meses antes de recuperar su propiedad.
"Es el miedo de todo propietario. Crees que estás alojando a una pareja de vacaciones y terminas con okupas imposibles de desalojar", explica Julien, propietario de un apartamento en Niza que sufrió esta situación en 2023.
La solución tecnológica: la cerradura biométrica inteligente
Frente a esta creciente amenaza, una innovación de la tecnología francesa está empezando a cambiar la situación: el Cerradura biométrica Home Secure Protect.
Su funcionamiento es sencillo pero formidable:
Sin llaves físicas. La apertura se realiza únicamente mediante huella dactilar o mediante un código temporal enviado al inquilino.
Códigos de tiempo limitado. Al finalizar su estancia, el código se desactiva automáticamente. Es imposible volver a entrar después de realizar el check-out.
Sistema anti-intrusión. Cualquier intento de forzar o reemplazar la cerradura activa inmediatamente una alerta enviada al propietario.
Evidencia en vivo. Gracias a la tecnología conectada, el propietario recibe una notificación y puede alertar a la policía sin demora.
Videovigilancia integrada: el fin de las fiestas ilegales
Pero la verdadera revolución está en la cámara integrada A la cerradura.
Discreto pero eficaz, filma cada apertura y permite controlar directamente quién entra en el alojamiento.
De esta forma, el propietario puede asegurarse de que se trata efectivamente de los inquilinos registrados que acceden al apartamento.
En caso de subarrendamiento ilegal (personas desconocidas instalándose en lugar de viajeros reales), las imágenes proporcionan una prueba irrefutable.
Y ante el flagelo de fiestas clandestinas, organizada a través de las redes sociales en los alojamientos Airbnb, la videovigilancia se convierte en una importante herramienta disuasoria.
“Antes, no podía controlar lo que sucedía una vez que me entregaban las llaves. Hoy, si un grupo de 15 personas intenta entrar, lo veo en directo y puedo actuar de inmediato”, dice Sarah, propietaria de una vivienda en París.
Un importante problema económico y de seguridad
Para los propietarios, lo que está en juego es colosal:
Miles de euros de pérdidas en caso de okupación prolongada.
Multas municipales por contaminación acústica reiterada.
Costos de restauración luego de fiestas ilegales.
La cerradura biométrica responde por tanto a una doble necesidad: proteger los bienes raíces Y tranquilizar a los viajeros que saben que entran en una vivienda segura, en cumplimiento de la nueva normativa que prohíbe las cajas de llaves visibles en la fachada.
¿Hacia una nueva era de alquileres a corto plazo?
Con el auge de estas tecnologías, la era de las llaves físicas parece haber terminado.
Para los propietarios, la cerradura biométrica no sólo representa una protección jurídica y técnica contra los intrusos, sino también una herramienta de gestión moderna, adaptada a las exigencias del mercado.
Una cosa es segura: con Home Secure Protect los okupantes y los asistentes a fiestas ilegales ya no tienen cabida.
El alquiler vacacional vuelve a ser lo que siempre debería ser: una experiencia sencilla, segura y tranquila para todos.



